Con 1200m2, la Iglesia de Santa María do Espinheiro, del siglo XV, es el lugar ideal para su ceremonia religiosa.
HISTORIA
Los orígenes espirituales de Santa Maria do Espinheiro se remontan al menos al siglo XIV. En 1365 ya existe un culto documentado en una pequeña capilla, seguramente situada donde hoy se encuentra la capilla mayor y quizás integrando una antigua torre de vigilancia para la defensa de la ciudad. Años antes, según la leyenda, un pastor había encontrado en el lugar una imagen de Nuestra Señora sobre un árbol de espino que ardía sin consumirse, lo que recuerda mucho al arquetipo de la zarza ardiente que encontró Moisés en la montaña.
El culto a Nuestra Señora no dejó de crecer, justificando las obras de la primitiva capilla hacia 1431, año curiosamente en el que Juana de Arco fue quemada en la hoguera en Francia y, en Portugal, murió D. Nuno Álvares Pereira con fama de santo, el Santo Condestable. Ya en aquella época el obispo de Évora, D. Pedro de Noronha, había obtenido licencia del Papa (en 1422) para fundar un monasterio en ese lugar. Sin embargo, el monasterio no fue fundado hasta 1457 con autorización papal, traspasándose su observancia a la Orden de San Jerónimo. El convento, es decir la comunidad religiosa, fue instalado el 2 de septiembre de 1458, con doce frailes, para entonces ya estaba terminada la obra del monasterio, es decir, la estructura física. Semanas antes había fallecido el Papa Calixto III, a quien se debe la bula fundacional Pía Deo de Espinheiro y que fue el papa que reconoció la inocencia de Juana de Arco (que había sido quemada por bruja en 1431).
La última campaña de obras data de 1801, como consta en el cartela bajo el coro. En 1808 llegarían los franceses y en 1834 se extinguirían las Órdenes Religiosas en Portugal. Luego, el monasterio fue vendido a particulares y convertido en una casa agrícola. Sin embargo, la iglesia, clasificada como monumento nacional desde 1910, mantuvo su vocación cultural pública, a la que siguieron acudiendo muchos fieles y peregrinos a lo largo del siglo XX, especialmente en la fiesta anual celebrada el jueves de la Ascensión.